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martes, 1 de mayo de 2012

Sonrisas y lágrimas en El Molinón.


Hoy a las 20:00 dos equipos se jugaban la vida en El Molinón. El Sporting necesitaba la victoria como el comer para seguir peleando por la salvación. Por otro lado, si el Villarreal perdía, se metía en un buen marrón, puesto que luego le tocaría visitar Mestalla y recibir al Atlético de Madrid.

Lo que más sorprendió fue el planteamiento de Javier Clemente. Alguien tiene que decirle que con cuatro delanteros no se ataca mejor que con dos (al igual que con seis defensas no se defiende mejor que con cuatro…) El técnico del Sporting sacó a cuatro atacantes (Trejo, De Las Cuevas, Colunga y Sangoy), algo inédito en un entrenador como él. Se olvidó del centro del campo, no sacó ni a Rivera ni a Nacho Cases (a este último lo dejó en la grada) y ahí es donde el Villarreal superó al club gijonense. Bruno, Marcos Senna y Borja Valero superaban técnica y numéricamente a Lora y Gálvez. El partido en los primeros minutos estaba bajo control para los amarillos. En el minuto 19, Mario remataba a puerta un buen centro de Bruno, que acababa de perdonar un mano a mano a Juan Pablo.

La pólvora del cuadro local estaba mojada, ni la calidad de De Las Cuevas, ni la velocidad de Colunga ni la garra de Sangoy lograba inquietar la portería de Diego López. Fue en el minuto 39 cuando Lora pegó un tiro desde lejos, muy lejos, le pegó con el alma y consiguió batir al meta visitante. Ponía el 1-1 en el marcador y la grada se volvía loca.

Pero poco dura la alegría en la casa del pobre, tan sólo 4 minutos después, Gregory cometía penalti tras un garrafal error de Damián Suárez. Marcos Senna, desde los 11 metros, demostró su veteranía para batir a Juan Pablo. Era el 1-2.

En la segunda mitad, el Villarreal se volvió más conservador y jugó a verlas venir. El Sporting lo intentaba pero no lograba traspasar el muro amarillo. En un contraataque, tras una estupenda jugada de Borja Valero, Hernán Pérez mandó un balón a la madera. Pero en la siguiente jugada el paraguayo no falló: zurdazo desde la frontal que pegó en el palo y esta vez sí entro. Era el 1-3 y la sentencia para el Sporting.

Villarreal, en un año para olvidar, se salva a falta de dos jornadas.





Pero eso no acababa ahí, la grada empujaba, y es que si algo bueno tienen en Gijón es su hinchada. La Mareona no paró de animar todo el partido, cánticos como el ‘Ahora más que nunca, Sporting de Gijón’ levantaron el ánimo del cuadro de Clemente.
El Sporting empujaba, con más corazón que cabeza. Los cambios de Javier Clemente no parecieron los más acertados, quitó a De Las Cuevas, el jugador con más calidad del equipo, para meter a Mendy de extremo. Pudo meter a Mendy de lateral y dejarle toda la banda a él, total, no había nada que perder y el Sporting necesitaba llegar, pero llegar con peligro.

El Villarreal tranquilo, sabía a lo que jugaba y sabía que este partido era la clave para mantenerse en primera. En el minuto 85 Gálvez dio alas al cuadro local, hizo creer a El Molinón aprovechando un error de Zapata y batiendo a Diego López para poner el 2-3. El empate también podía ser bueno…

Pero al final no pudo ser, el partido se trabó demasiado. Clemente fue expulsado del banquillo y un grupo de energúmenos que no merecen ser miembros de una afición tan grandiosa como La Mareona se dedicó a lanzar objetos al campo. Poco más se jugó al fútbol, y el árbitro pitó el final.

No veremos, al menos en un año, al Sporting en Primera División. Es una pena, porque son equipos a los que luego le cuesta mucho trabajo subir. Enhorabuena al Villarreal, equipo que no debe bajar y que el año que viene debería pelear por lo que andaba peleando estos últimos años. Lo siento por el Sporting, lo esperamos lo más pronto posible en los campos de la Liga BBVA. Pero Sporting seguirá siendo de primera.

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