España no brilló por
su buen fútbol esta Eurocopa. Los partidos se le hacían difíciles, no podían
exhibir su juego o no encontraban el gol. El primer partido ante Italia fuimos
dominados, ante Croacia se sufrió, Francia no puso apenas resistencia y
Portugal no nos dejó jugar con una asfixiante presión en campo contrario. Pero
ayer, alguien volvió a aparecer…
Xavi Hernández
completó un campeonato muy discreto. No era el mismo que hace unos meses, se le
notaba cansado, con muchos minutos encima. Estaba lento y no lograba llevar la
manija del partido como antaño, tal vez porque su posición era de mediapunta en
lugar de mediocentro debido al doble pivote. Guardiola sabe que los años no
pasan en balde y lo ha sentado en muchos partidos, entre otros, el clásico
liguero en el Camp Nou, partido crucial. Del Bosque se empeñó en alinearle
todos los partidos y hacerle jugar casi todo. Tan sólo le dio sustituyó ante
Croacia en el minuto 89’
y ante Portugal en el 86’ .
Pero ayer, el cerebro
de la selección española de fútbol nos demostró que no se puede dudar de él. Jugó a la altura del mejor Xavi de estos últimos años. Una asistencia a Jordi Alba y
otra a Fernando Torres fue lo más destacable de la fantástica exhibición que
nos dejó el centrocampista culé. Demostró que, pese a no estar a su mejor
nivel, aún sigue sacando sobresalientes en las finales, como ya hizo en la
final de la Copa
del Rey ante el Athletic Club.
Y que cumplan muchas más...
Xavi Hernández sigue
siendo un genio, pero la edad no perdona y a jugadores así hay que dosificarlos
para que lleguen a punto en los partidos clave. ¿Sabrá hacerlo Tito?
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